martes, 11 de septiembre de 2018
Esta organización ha perdido inteligencia- he concluido después de una valoración del estado psicológico de sus líderes.
-Han dejado de pensar con el corazón- he seguido.
Cuando no hay transparencia en la comunicación. Cuando no se comparte información. Cuando no existe interés y apoyo mutuo. Cuando no se crece en grupo ni se es generoso con el otro. Cuando no se crean sinergias ni se actúa en unidad. Cuando no se distingue entre lo correcto y lo incorrecto y se ha perdido el compromiso ético, la organización, simplemente, se vuelve estúpida, y si además, esto ocurre en tiempos de crisis, donde cada uno mira por el interés propio, la organización, se vuelve mucho más estúpida.
Y entonces he recordado el cuento de los palillos chinos.
Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca. Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario