jueves, 27 de septiembre de 2018





Hoy leía la contra de la vanguardia dedicada a Charles Edquist -Consejero de innovación- y ha sido una agradable sorpresa descubrir la entrada del “holismo” en la organización.

¡Enhorabuena!

El modelo lineal de innovación que nos presenta la realidad como una secuencia ineludible está obsoleto y anticuado.

No podemos innovar y crear una nueva realidad desde lo conocido, donde A nos lleva a B y B nos lleva a C.
La creatividad no es un proceso lineal donde lo nuevo se inicia desde la última secuencia conocida. Lo lineal nos lleva a mejorar (producción, diseño, modelo) siguiendo con la ley de causa-efecto, pero mejorar y crear son dos cosas bien distintas. Lo lineal se limita al tiempo, lo no lineal carece de límites y nos abre al espacio de posibilidades infinitas.

Muchas empresas llegan a su tope de mejora y son incapaces de seguir innovando por no conectar ni actualizar su potencial creativo.

¿Potencial creativo?
Si, potencial creativo.

Aquello que va de lo lineal a lo no lineal, de lo posible a lo imposible, de lo conocido a lo desconocido, de la certeza a la incertidumbre, de lo comprensible a lo incomprensible, de lo concreto a lo abstracto, de lo ordinario a lo original, de lo imaginable a lo inimaginable, de la división a la integración, de la fracción al todo, , de lo particular a lo universal, de lo individual al holismo, de la materia al espíritu, de lo temporal a lo eterno, de lo mundanal a lo divino.

La creatividad pertenece a la realidad de lo intangible y nace de la plenitud de la “nada”.

Las ideas creativas nacen en el Universo.

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