Que es el amor?,
le preguntaron un día al Maestro.
Este respondió:
La ausencia total del miedo.
Y que es a lo
que le tenemos miedo?
" Al amor
", respondió el Maestro.
Se
suele creer que la emoción contraria al miedo, es el valor u otras virtudes
similares, como el coraje y la determinación entra otras muchas posibilidades
de respuesta asociadas al dominio del miedo.
Pero desde el punto de vista del cerebro, de las neurociencias y el
estudio de la conciencia, la emoción contraria u opuesta al miedo,
curiosamente, es el amor. Pero no un amor cualquiera. No ese amor romántico, idealizado y dependiente, centrado más en uno
mismo y en sus propias necesidades. Sino un Amor en mayúscula. Esa clase
de Amor que no depende de los
procesos de pensamiento ni deriva de la mente condicionada por nuestra
historia. Ese Amor qué, -por “incondicional ”-ha logrado trascender las
urgencias, siempre limitantes, del cuerpo y no se deja arrastrar por los
instintos ni las necesidades más primarias, ni sucumbe a los caprichos propios
del sentimiento del momento. Un Amor que tampoco se quiebra ante las variables del tiempo ni se
ubica en las limitaciones y las fronteras del
espacio.
El
“Amor” con mayúscula no construye muros, ni mucho menos, pone límites.
Si el
miedo existe estancado en la memoria, atrapado en los recuerdos, el Amor
vive desapegado de lo que fue, totalmente liberado de aquello que sucedió y quedó grabado en el inconsciente, adherido a
la máquina, registrado en el cerebro.
El amor que permanece sujeto a la
máquina, siempre depende de nuestra
memoria particular y por esa clase de amor, egoísta y esclavo de la historia,
se han tomado decisiones fallidas y llevado a cabo verdaderas atrocidades
contra los demás e incluso contra uno mismo. Ese tipo de amor es completamente falso y se
alimenta exclusivamente del miedo. Amo a mi patria, amo mis costumbres, amo mis
tradiciones, amo mis creencias, amo mi religión, amo a mi gente, amo mi lengua,
amo mi bandera y ante ese tipo de amor
cualquier propuesta de cambio o transformación, puede resultar una verdadera
amenaza y despertar, en los que dicen amar, los actos más bajos y crueles, con
el fin de defender aquello que dicen amar.
El Amor encuentra su máxima expresión en el acto de crear. Cualquier movimiento,
cualquier acto o acción que se aparta de ese impulso hacia la creación y dirige
sus objetivos hacia la imposición o incluso hacia la destrucción de aquello
que teme, desde una posición de
autoridad o dominio, no es amor, es miedo. Y el miedo es lo contrario del amor.
El Amor tolera, el miedo impone.
El Amor capacita, el miedo anula.
El Amor libera, el miedo esclaviza.
El Amor contempla, el miedo ataca y se defiende.
El Amor comprende, el miedo juzga.
El Amor fluye, el miedo bloquea y paraliza.
El Amor perdona, el miedo condena.
El Amor crea, el miedo destruye.
El Amor une, el miedo separa.
Desde el miedo existe un yo y un tu separados:
cultura, religión, grupo, género... Desde el Amor sólo existe un nosotros.
Somos Uno y en ese Uno, reside el Amor.
Gracias Emma, muy �� real y amoroso.
ResponderEliminarOskar.