miércoles, 21 de noviembre de 2012

El cielo y el infierno


“Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa rícamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado. Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.

Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados.

Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente”.

Siempre me ha gustado este cuento oriental. No hay mucho que comentar pero sí, que reflexionar. 

1 comentario:

  1. Hola Emma,
    buen artículo para los tiempos que corren. La colaboración es la clave de la supervivencia. Estamos inmersos en una sociedad individualista y muy competitiva. Y está más que probado que cuando se unen personas, entidades, organizaciones... tienen más fuerza. Un ejemplo de ello son los movimientos sociales como el 15M o las protestas de los vecinos de un barrio en contra de los desahucios.
    ¿Cuándo lo entenderemos?

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