jueves, 27 de septiembre de 2018





-¿Un psicodiagnostico se reduce a etiquetar?- No

La psicopatología es una realidad, el psicodiagnóstico una necesidad.

-¿Cómo te encuentras?-

-Mejorando. Lo que creí que era una simple gripe, gracias a la radiografía, descubrieron que era una neumonía de consecuencias graves. He empezado el tratamiento y la parte buena es que he dejado de fumar, iniciado una dieta saludable y ponerme, otra vez con el deporte. Poco a poco voy notando el cambio. Estoy contento. Me siento bien.Soy una nueva persona.

-¿Cómo te encuentras?-

-Mejorando. Lo que creí que eran comportamientos normales, acabo siendo obsesión, control y envidia.
¿Envidia?

Si, si, como te digo, envidia, menos mal que logré identificarla, ya llevaba no se cuantas relaciones destruidas. He pedido perdón, principalmente a mí misma, me he reconciliado con mi alma y ahora soy capaz de amarme y establecer relaciones saludables. Soy mucho más ecuánime y no necesito controlar nada, he reconocido mi propio valor, aprendido a fluir y ganado en confianza. Estoy contenta y me siento muy bien. Soy una nueva persona.

¿Alguna diferencia?

En ambos casos síntomas.
Y los parches sirven para bien poco.




Hoy leía la contra de la vanguardia dedicada a Charles Edquist -Consejero de innovación- y ha sido una agradable sorpresa descubrir la entrada del “holismo” en la organización.

¡Enhorabuena!

El modelo lineal de innovación que nos presenta la realidad como una secuencia ineludible está obsoleto y anticuado.

No podemos innovar y crear una nueva realidad desde lo conocido, donde A nos lleva a B y B nos lleva a C.
La creatividad no es un proceso lineal donde lo nuevo se inicia desde la última secuencia conocida. Lo lineal nos lleva a mejorar (producción, diseño, modelo) siguiendo con la ley de causa-efecto, pero mejorar y crear son dos cosas bien distintas. Lo lineal se limita al tiempo, lo no lineal carece de límites y nos abre al espacio de posibilidades infinitas.

Muchas empresas llegan a su tope de mejora y son incapaces de seguir innovando por no conectar ni actualizar su potencial creativo.

¿Potencial creativo?
Si, potencial creativo.

Aquello que va de lo lineal a lo no lineal, de lo posible a lo imposible, de lo conocido a lo desconocido, de la certeza a la incertidumbre, de lo comprensible a lo incomprensible, de lo concreto a lo abstracto, de lo ordinario a lo original, de lo imaginable a lo inimaginable, de la división a la integración, de la fracción al todo, , de lo particular a lo universal, de lo individual al holismo, de la materia al espíritu, de lo temporal a lo eterno, de lo mundanal a lo divino.

La creatividad pertenece a la realidad de lo intangible y nace de la plenitud de la “nada”.

Las ideas creativas nacen en el Universo.

martes, 11 de septiembre de 2018





Esta organización ha perdido inteligencia- he concluido después de una valoración del estado psicológico de sus líderes.

-Han dejado de pensar con el corazón- he seguido.

Cuando no hay transparencia en la comunicación. Cuando no se comparte información. Cuando no existe interés y apoyo mutuo. Cuando no se crece en grupo ni se es generoso con el otro. Cuando no se crean sinergias ni se actúa en unidad. Cuando no se distingue entre lo correcto y lo incorrecto y se ha perdido el compromiso ético, la organización, simplemente, se vuelve estúpida, y si además, esto ocurre en tiempos de crisis, donde cada uno mira por el interés propio, la organización, se vuelve mucho más estúpida.

Y entonces he recordado el cuento de los palillos chinos.

Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca. Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.

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