A propósito del terrorismo me ha parecido interesante la
reflexión del historiador Yuval Noah Harari.
Comparto su pensar y también quiero compartirlo con vosotros.
El terrorismo es una estrategia de debilidad que adoptan
aquellos que carecen de acceso al poder real.
¿Cómo es posible, pues, que los terroristas consigan copar
los titulares y cambiar la
situación política en todo el mundo? Porque provocan que sus
enemigos reaccionen
de manera desproporcionada.
En esencia, el terrorismo es un espectáculo.
Los terroristas
organizan un espectáculo de violencia pavoroso, que capta nuestra imaginación y
hace que nos sintamos como si retrocediéramos hasta el caos medieval. En
consecuencia, los estados suelen sentirse obligados a reaccionar frente al
teatro del terrorismo con un espectáculo de seguridad y orquestan exhibiciones
de fuerza formidables, como la persecución de poblaciones enteras o la invasión
de países extranjeros. En la mayoría de los casos, esta reacción desmesurada
ante el terrorismo genera una amenaza mucho mayor para nuestra seguridad que
los propios terroristas.
Los terroristas son como una mosca que intenta destruir una
cacharrería. La mosca
es tan débil que no puede mover siquiera una taza. De modo
que encuentra un toro,
se introduce en su oreja y empieza a zumbar. El toro
enloquece de miedo e ira, y
destruye la cacharrería.
Por sí solos, los terroristas son demasiado débiles para
arrastrarnos de vuelta a la Edad Media y restablecer la ley de la selva. pero al final todo dependerá de nuestras
reacciones.
Si la ley de la selva vuelve a imperar con fuerza, la culpa
no será de los terroristas.
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