miércoles, 16 de mayo de 2018

Neurociencia y Religión


Hoy, hemos  comentado en el desayuno que la religión había perdido su papel moderador del espíritu. A pesar de ello, me doy cuenta de que  cuanto más profundizo en las neurociencias más constancia tengo de que las propuestas de los grandes profetas se basan enteramente en ellas, en su aspiración de abrirnos a la consciencia.
-Urge la recuperación de los Mandamientos de la Ley de Dios-  Me he atrevido a afirmar
-Y eso? – Me han preguntado.
Y entonces he tomado como referencia las tablas de Moisés como Manual de Neurociencias.




Si entendemos a Dios  como el “Principio Creador” y el Ser (de luz) que habita en nuestro interior como parte de nuestra divinidad inherente, los mandamientos adquieren un sentido de lo más lógico para el dominio de la máquina.


-Amarás a Dios sobre todas las cosas. Ama el principio creador (que habita en ti)  por encima de todas las cosas. Es decir no destruirás ni lucharas por realidades mundanas apegadas a la lucha por la supervivencia, la territorialidad y la preservación de tu individualidad. (Cerebro primario).
-No pronunciarás el nombre de Dios en vano. No humilles tu Sagrado nombre, ·”Yo Soy”, por la usurpación de identificaciones que por efímeras y superficiales pertenecen al mundo de lo impermanente (cerebro límbico) y te alejan de los valores eternos (cerebro superior y consciente)
-Santificarás las fiestas. Practica tiempos de introspección y contacto con lo que de Sagrado existe en ti (cerebro superior y consciente).
-Honrarás a tu padre y a tu madre. Honra el Principio masculino y femenino que habita en tu interior (cerebro integrado y consciente).
-No matarás. No actues en contra del Principio Creador. Ordena tu mente. (Cerebro superior y consciente).
 -No cometerás actos impuros. Libérate de la esclavitud de los instintos. Se inteligente. La pureza es inteligencia y claridad. Es percibir la totalidad (cerebro superior y consciente).
-No robarás. Domina el impulso primario de quitar (cerebro primario y límbico)  lo que de otro Es, como por ejemplo, su dignidad.
-No darás falsos testimonios. No proyectes en otros tus propias miserias inconscientes (cerebro límbico).
-No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Guía tus  pensamientos  a través de los Principios Universales de Verdad, bondad y belleza. Te conviertes en lo que piensas, quieras o no.
-No codiciarás los bienes ajenos. Nada hay fuera de ti que pueda llevarte a la plenitud. Nada  necesita aquel que ya posee en sí mismo todos los bienes y vive desde su propia luz interior.(cerebro superior y consciente).

En resumen: Yo domino a mi cerebro, no el a mí. Y eso es neurociencia.